Traigan bancos que chicos sobran

Cuando el 15 de marzo las escuelas abran sus puertas para el regreso de las clases presenciales después de un año marcado a fuego por la pandemia de Covid-19 que obligó a recurrir a la educación a distancia, la infraestructura educativa pública de Funes se pondrá a prueba como nunca antes. ¿Habrá lugar suficiente para todas y todos? ¿Se podrá cumplir con los protocolos?

Primero, hagamos un mapa de la educación pública de nuestra ciudad. Funes cuenta con:

Dos jardines de infantes: el 101 y el 349

Cuatro escuelas primarias: la 125, la 1061, la 1388 y la 1397

Dos secundarios: la 389 y su anexo 1398

Este escuálido mapa genera tensiones históricas ante la creciente demanda de bancos empujada por el notable aumento demográfico que experimenta la ciudad desde hace más de una década. En ese sentido, la infraestructura escolar corre desde (muy) atrás. Si me permiten parafrasear al ex arquero paraguayo José Luis Chilavert, la demanda maneja un Mercedes y la infraestructura escolar, un Fitito. 

Así las cosas, la tan meneada nueva normalidad obligada por la pandemia de coronavirus asoma como todo un desafío. El cóctel, a priori, no se ve muy bien: cada vez más familias pretenden que sus hijos estudien en las escuelas públicas de Funes, cuyas instalaciones no están listas para soportar una matrícula mayor y los protocolos de distanciamiento que obligan a dejar 2 metros de distancia entre pupitres.

“El 15 de marzo vamos a tener problemas serios, muy difíciles, y en Funes eso se va a notar mucho”, advierte Juan Pablo Casiello, secretario general de la departamental Rosario de Amsafé, el gremio que nuclea a los docentes públicos de la provincia. Para el dirigente sindical “falta inversión, designar más personal y reparar las escuelas”.

Casiello hace énfasis en las limitaciones edilicias que tienen las escuelas para adaptarse a los protocolos de Covid-19. “Si queremos respetar el distanciamiento de 2 metros entre pupitres, y las aulas están en buenas condiciones, normalmente entran diez chicos”, dice el titular de Amsafé Rosario y advierte: “La idea general es armar dos grupos de diez por cada curso e intercalar la presencialidad una semana, pero en muchas escuelas de Funes la matrícula es mucho mayor y habrá que armar hasta tres o cuatro grupos”. 

Y para el dirigente gremial “ese es un problema grave, muy serio”, porque “no se puede pensar la escolaridad de una niña o un niño con una semana presencial y dos o tres no presenciales”. Además, Casiello subraya la falta de personal auxiliar para hacer frente a las disposiciones de limpieza y seguridad sanitaria de los protocolos. “Hay que designar porteros, tienen que crear cargos, así como estamos será muy dificultoso cumplir con la necesidad de limpiar las aulas permanentemente”, advierte.

Más optimista es Graciela Di Brino, la coordinadora de Educación de la Municipalidad de Funes. La funcionaria reconoce que “ha sido un problema” para las escuelas públicas adaptarse a los protocolos de Covid-19, pero asegura que “de alguna manera se han podido hacer las adecuaciones”. 

Di Brino fatigó los pasillos de la sede Rosario del Ministerio de Educación durante las semanas previas al inicio del ciclo 2021 gestionando a contrarreloj para que no haya chicas y chicos sin bancos en Funes. En ese sentido, en la última semana de febrero pudo anunciar la creación de un nuevo cargo docente para las escuelas 1397 y 1061. 

Lo que sucedió en ambas instituciones puede ser una buena muestra de una problemática estructural: alrededor de 60 niñas y niños que deben empezar primer grado y pertenecen al radio de cada escuela no iban a tener bancos. Los reclamos de padres y madres y las gestiones del municipio salvaron la situación. Pero nadie puede hacer futurología sobre lo que suceda el año que viene.

En las otras dos primarias públicas, el panorama es diverso: “La 125 puede cubrir las necesidades de bancos de su radio y además ofrecer bancos para chicas y chicos de otros radios, mientras que en la 1388 tenemos algunos problemas pero de menor envergadura”, describe la funcionaria municipal.

“Desde el inicio de la gestión de Roly Santacroce trabajamos haciendo muchos informes para enviar a Nación y Provincia sobre el panorama de la educación pública en Funes”, dice Di Brino. “El crecimiento exponencial que tiene la ciudad se sufre mucho en la infraestructura educativa, vemos cómo fueron creciendo los barrios, no solo los consolidados sino también los que están en vías de crecimiento”, agrega.

Ante este panorama, Di Brino afirma que el municipio consiguió el compromiso de la Provincia de “priorizar la construcción de escuelas en Funes”. En ese sentido, mencionó como prioridad la construcción del edificio definitivo para la Escuela 1397. “Hablamos con el Ministerio de Educación de que el proyecto actual de siete aulas ya no le alcanzaría, tiene que ser una escuela de 14 aulas, exactamente el doble”, apunta.

Asimismo, adelanta que ya se iniciaron gestiones para ampliar el nuevo edificio de la 1061 y construir “un ala nueva completa con siete salones y tres baños”. Dos de esos salones, dice  Graciela, se costearían con fondos del FAE. “Va a ser como tener toda una escuela nueva en el oeste”, asegura.

Respecto al nivel inicial, Di Brino adelanta que está “muy avanzada” la obra de construcción del nuevo jardín de infantes en Villa Elvira. “Con eso tenemos bien cubierta la demanda de bancos”, afirma. Además, está prevista la construcción del edificio definitivo del Jardín 349, que hoy comparte el viejo edificio de la 1061 con el Anexo 1398 en zona oeste.

“Esta obra es muy importante porque cuando el jardín 349 se vaya a su nueva sede, va a quedar todo el edificio para hacer una nueva secundaria, independiente de la 398, que pueda orientarse a la robótica”, anticipa. Sobre la posibilidad de la construcción de una escuela de enseñanza técnica en Funes Norte, Di Brino es menos optimista: “no está en la agenda inmediata”.

Powered by Froala Editor

NOTA RELACIONADA